domingo, 9 de octubre de 2011

"Cihuacóatl la llorona".

La leyenda de la llorona es una de las más famosas y narradas en todo México. La primera mención de esta mujer, que llora desconsoladamente por sus hijos, se da en la obra la Visión de los vencidos en la cual se narra todos los acontecimientos que sucedieron antes y durante la conquista del antiguo México-Tenochtitlán.
En los presagios de la venida de los españoles, que datan de 1517, el sexto presagio funesto es el de Cihuacóatl, que gritaba y lloraba por las noches.
“Sexto presagio funesto: muchas veces por las noches se oía que una mujer lloraba; iba gritando por la noche; andaba dando grandes gritos:
-¡Hijitos míos, pues ya tenemos que irnos lejos!
Y a veces decía:
-¡Hijitos míos! ¿A dónde los llevaré?”1
1Visión de los vencidos, INAM, México, 1981. p.4




Cihuacóatl es una diosa azteca, madre de Mixcóatl, al que abandonó en una encrucijada de caminos. La tradición cuenta que regresa frecuentemente para llorar por su hijo perdido. Cihuacóatl  gobernaba sobre el Cihuateteo, lugar donde perecían las mujeres nobles que habían muerto durante el parto.
En el Códice Aubin se menciona a la diosa Cihuacóatl desde el principio de la peregrinación azteca. Cihuacóatl, también conocida como Coatlicue o Cihuacoatlicue, era la madre de todos los dioses. Coatlicue, en náhuatl  significa “la de la falda de serpientes”; tuvo a su hijo más aguerrido (Huitzilopochtli) en lo que se representa como un amanecer. Cuenta la leyenda que era una viuda piadosa que un día, cuando estaba barriendo un templo, una bola de brillantes plumas que calló del cielo la fecundó. Sus hijos e hijas, decidieron matarla en atroz arrebato de ira, pero Huitzilopochtli, dios de la guerra,  nació en el momento preciso y completamente armado, y al ver que sus hermanos querían matar a su madre, él los mató; se dice que sus hermanos y hermanas sin vida subieron al cielo convirtiéndose en la luna y las estrellas.
Coatlicue.


Otra versión de la llorona surgió después de la conquista, cuando por las noches se aparecía una mujer vestida de blanco, la cual exhalaba gemidos de ultratumba y gritaba arrepentida por sus hijos que había matado.

A lo largo del tiempo y por toda la República Mexicana, han surgido diversas historias que tienen en común la aparición de una mujer, un alma en pena que no ha podido descansar en paz, porque no ha encontrado a sus hijos, o porque los ha matado, y como castigo divino pasará toda la eternidad buscándolos desconsoladamente.


2 comentarios:

  1. Excelente entrada, excelente blog... entiendo por qué ya tienes seguidores. Felicidades.

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  2. ¡Vaya! Hasta que encuentro la historia real y sin alteraciones. Y digo que es la historia real de la llorona, porque existe una fuente histórica fundamentada en hechos reales, o sea; los escritos antiguos aztecas llamados: Presagios Funestos; escritos por los sabios aztecas, aproximadamente en 1517, los cuales fueron traducidos de su idioma original (náhuatl) al español. Por si fuera poco quienes tradujeron los Presagios Funestos (escritos aztecas), fueron nada menos que Miguel León Portilla (antropólogo e historiador) y Ángel María Garibay (filólogo e historiador).

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