La cestería es una de las actividades artesanales más antiguas y comunes en todo el mundo, en México contamos con evidencias arqueológicas de la existencia de cestería anteriores a la elaboración de cerámica.
Existen dos técnicas de tejidos artesanales en la actualidad: la primera elaborada con textiles, que son los tejidos de cualquier fibra suave de origen vegetal, como el lino y el algodón, o de origen animal, como la lana, la alpaca y la seda. Y la segunda comúnmente denominada cestería, ésta se compone por tejidos de fibras duras como los carrizos, otates, los agaves, el junco, el bejuco, la vara, el carrizo, el pasto y la palma.
Durante la época prehispánica, se elaboraron muchos utensilios de cestería, sobresaliendo los petates y los tompetates o tortilleros.
Los petates se elaboran con las hojas del tule, una vez que éste ha pasado por un proceso de secado, se aplana y después se trenza. También pueden estar hechos de palma, en este caso, la palma es cortada en largas tiras, después se pone a secar y luego se inicia el proceso artesanal del tejido. Los petates son tejidos de forma cruzada, para formar un dibujo escalonado, o de forma diagonal, para producir un dibujo parecido al tablero de ajedrez.
Hoy en día, en toda la República Mexicana, se sigue trabajando la cestería, en especial en las poblaciones indígenas, como los tarahumaras y algunas zonas de Oaxaca, Chiapas y Veracruz, entre otras.
Con la cestería se pueden hacer muchos objetos de ornamentación como jarrones, cestas, juguetes, flores, esferas, joyería y algunas figurillas, o para uso cotidiano como son los petates, tortilleros y bolsas, entre otras cosas. Además el artesano puede combinar las técnicas de tejido, los materiales, los dibujos, las formas y los colores, para hacer de cada figura o instrumento, una verdadera obra de arte, una figura única e irremplazable en el mundo.
Hay que apoyar a nuestras manos artesanas, que trabajan día y noche, que se esfuerzan para poder salir a adelante, hay que aprender a apreciar su trabajo y no regatearles, hay que aprende a querer lo hecho en México, y más si proviene de manos humildes y trabajadoras.
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