martes, 1 de noviembre de 2011

La muerte, y tú cómo la llamas.

Los mexicanos siempre nos hemos caracterizado por nuestro buen humor, y cuando se trata de la muerte, nos las ingeniamos para burlarnos y reírnos de ella, pero siempre mostrando un rasgo de solemnidad ante ésta.
Existen muchos nombres por los cuales le llamamos a ese ente que nos lleva al más allá cuando menos  lo esperamos. Algunos de ellos son:

La Catrina
"La Garbancera" de Posada.
Los orígenes de la imagen de la catrina se remontan al caricaturista José Guadalupe Posada, quien fue el primero en hacer una imagen con alusión a ésta, sólo que él la había nombrado “La Garbancera”; las garbanceras eran inditas que durante la época del porfiriato vestían a la usanza europea.
Fue hasta que Diego Rivera, en su obra mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” pinto y bautizo a la imagen de Posada, con el nombre de la “Catrina”, popularizándose y difundiéndose por toda la República Mexicana.



"La Catrina", Diego Rivera.



La China Hilaria.
¡Cuidado Charros!, que ahí viene la china Hilaria, ya ven como a ella le gusta asistir al jaripeo y a los rodeos, hagan bien sus suertes, dominen bien a los caballos, no vaya a ser que de un descuido se vean tumbados oliendo el polvo. Cuidado que desde allí abajo verás que la primera que se te acerca es La China Hilaria, engalanada con el traje nacional.


 La Patas de Hilo
Es la que nos guía, como la estrella del cielo, la que sale primero. Ella nos dice el camino, por aquí por allá, hasta el lugar en donde ya no hay retorno, pero eso sí, a la muerte no hay que tenerle miedo, si ya nos toca, pues ni modo…


La Chirrifusca.
Calavera ochentera, que se reía al leer manuales de urbanidad, modales y buenas costumbres, autora intelectual de todos los chistes de sus víctimas, los muertitos, chistes que se cuentan en voz baja en los velorios.

La China.
Pertenece a todo pueblo limpio.
Se lleva a todo aquel que es de buen humor, tiene buen carácter, a los que aman  la vida y a los que supieron gozar y se divirtieron, a los que decían después de contar un buen chiste “nos morimos de la riza”. A los muertitos que se lleva la China se les ve con el rostro relajado y con una ligera sonrisa.

La Tembeleque.
¡Hay muerte no te me acerques que estoy temblando de miedo!
Enfermera de la muerte que atemoriza a todo aquel que va a ser vacunado y que no se va a salvar de sus inyecciones.

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